LA VEU DEL POBLE

13/06/08, Callosa d´en Sarriá

Callosa yace adormecida en la Marina Baixa. Mientras otras poblaciones vecinas empiezan a despertar nosotros todavía somnolientos, nos percatamos de que algo distinto a las poblaciones de alrededor nos hace ser diferentes, nuestra idiosincrasia nos hace peculiares. Disponemos de una gran diversidad de patrimonio natural puesto que el relieve del término viene marcado por el curso de los dos ríos que lo atraviesan, el río Algar y Guadalest, amén de estar rodeado por imponentes sierras: Aitana, Bèrnia y Aixortà.

Conservamos un casco antiguo con restos de estructura medieval; la iglesia de San Juan Bautista todo un vestigio del clasicismo valenciano del siglo XVIII; su órgano de madera natural construido en 1754; así como numerosas ermitas, retablos cerámicos y capillas. Digno de visitar es el lavadero de la “Font Major”, construido en 1786 por el Ayuntamiento; así como “El Calvari” o Via Crucis, situado al noroeste de Callosa. En la zona nordeste de la población estaba ubicado el castillo en la actual “Plaza del Castillo” donde se puede apreciar restos de la muralla adosada a las casas de la parte norte de esta plaza y la calle San Antonio.

Destacable el “Fort de Bèrnia” exponente de la arquitectura militar renacentista realizado el año 1562, en la actualidad se pueden contemplar los cuerpos inferiores de toda su planta, el foso en todo su desarrollo longitudinal, el sistema de acceso y parte de las estructuras de las habitaciones.

Callosa dispone de innumerables recursos tanto arquitectónicos como naturales y la población empieza a descubrir que nuestro patrimonio es un bien insustituible y nos hace únicos. Por ello debemos apostar fuerte por la conservación de nuestro patrimonio tanto material como inmaterial, se trata de apostar por nuestra historia, nuestras costumbres, nuestras raíces.

Úrsula Ferrando Guardiola.