Un paseo por la Marina Baixa. TÁRBENA EN EL RECUERDO... Y EN LA ACTUALIDAD .

..en los huertos apacibles y calientes de abajo, en los valles con aires de mar,
se pronuncia Tárbena levantando mucho los ojos.
Y Sigüenza tuvo que sonreírle.
Tárbena acababa de ponerse jovialmente a su vera".
Gabriel Miró

En plena ruta de Callosa d´En Sariá-Pego, se levanta la maravillosa población de Tárbena. Es el último pueblo de la Marina Baixa antes de entrar, por el impresionante Coll de Rates , al Vall de Pop.
Su población antigua fue proscrita... y maldita. Se levantaron en contra de la orden de expulsión de los moriscos dictada por Felipe III. ¡Gran valor tuvieron! Este sirvió de excusa para iniciar una cruenta lucha en sus sierras cercanas, al mismo tiempo que crearon leyendas y entraron en la Historia. Al perder la batalla y ser expulsados de sus tierras, Tárbena se quedó completamente despoblada. Fue entonces cuando el Virrey de Mallorca envió a 17 familias (algunos dicen que 18) a repoblarla y trabajar sus campos. Entonces adquirió una nueva identidad cultural.
Allí vive el almendro con una intensidad de enamorada mujer en primavera, con un vestido cárdeno y un cabello íntimo de luna. Allí habita la luz sobre el hondón de los hortales, sobre el duro peñascal, sobre las calvas terrosas que van del brezo al palmito, sobre las copas tiernas de los pimpollos y las aliagas. Y en el aire limpio.
Y en las casas blancas. Y en las humeantes chimeneas, sugeridoras de atavismo y de tiempo, de interminables conversaciones familiares, de grandes orzas de cobre y artesas de matanza con aromas a orégano y cariño.
Chimeneas humildes de fogones pobres, evocadoras de autenticidad y de vida...
De clima suave (aunque con alguna nevada esporádica), este lugar privilegiado ofrece al visitante el aire puro y perfumado que emana de las plantas aromáticas de las sierras. ¡Admirémosla! Es justo y necesario. Antes y ahora. Ahora y antes. Tárbena siempre será Tárbena.

Materiales facilitados por la Asociación cultural “Alicante Vivo” – www.alicantevivo.org.