3.2.10

Actualidad religiosa. Nadie tiene amor más grande, que el que da la vida por sus amigos

Por Javier Garcia Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià

Hemos comenzado el mes de los enamorados y es una buena oportunidad para reflexionar sobre el verdadero sentido de esta palabra, tan popular, Amor.
Nuestros conocimientos se basan en los datos aportados, en la experiencia y para un creyente, también en la revelación, el mejor fundamento.
El mismo Jesucristo recurre al argumento del Principio, cuando los Fariseos le preguntan sobre el tema del divorcio, (Mt 19,3-10); porque romper el orden establecido por Dios, nos trae duras consecuencias.
En la historia de la salvación, vemos como el amor de Dios continuamente se manifiesta y en la plenitud de los tiempos, con el Mesías se hace patente “Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo –¡ustedes han sido salvados gratuitamente! y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo.(Ef, 2,4-6)”.
Es Cristo el que dice a sus discípulos: “os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado” y Él nos amo hasta dar su vida, todo por amor, amor verdadero.
Nuestro mundo se ha apartado de Dios, se ha apartado del amor, de ahí que le vengan todos los males; en nuestro corazón no existe el servicio desinteresado por los demás, ni la humildad como virtud primera, sino que buscamos el poder, el tener y el placer a costa de todo y de todos.
El AMOR con mayúsculas, es Dios y si nos declaramos ateos, estamos matando el Amor en nuestras vidas, si no frecuentamos los sacramentos, si no escuchamos la Palabra, si no alimentamos nuestras almas con las buenas obras, cómo queremos ser felices.
“Tengo contra ti, que has olvidado el amor primero”, dice el libro del Apocalipsis (2,4) y para terminar recordemos que, “al final de nuestras vidas, nos examinará en el amor”.

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