14.4.10

La Veu del Poble. JOAQUÍN FUSTER


Por Francisco Sanchis Gadea 


   Joaquín Fuster Pérez nació, 31 de mayo de 1912, en Polop. Desde muy joven se había destacado por sus dotes intelectuales y su decidida inclinación política. Interesado por los ideales socialistas alcanzó, muy pronto, una alta responsabilidad con su incorporación a la vida política durante la II República. Designado, 1931, miembro de la ejecutiva provincial socialista fundó, en Polop, la agrupación local y el sindicato UGT.

Fue nombrado, tras el triunfo del Frente Popular, Alcalde de su localidad; cargo que tuvo que abandonar al estallar la guerra civil y ser nombrado comisario político de la base naval de Cartagena. En mayo de 1938 fue trasladado al frente de Extremadura y con posterioridad designado director del diario que editaba, en Pozoblanco, el VIII Cuerpo de Ejercito. 

Al finalizar la contienda fue detenido en el puerto de Alicante y recluido en el campo de concentración de Albatera de donde logró escapar y esconderse, durante tres años, en un desván sin poder hablar con nadie ni recibir el necesario aporte vitamínico de la luz solar. En enero de 1942 fue detenido, con precario estado de salud, juzgado por un tribunal militar sin ninguna garantía procesal y condenado a 20 años de cárcel. Sufrió prisión en el Reformatorio de Adultos de Alicante donde coincidió con Miguel Hernández, Gastón Castelló, Miguel Abad, Miguel Signes y otros intelectuales republícanos.

Tras ser puesto en libertad, tuvo que adaptarse a las circunstancias y vivir una larga posguerra pues el conflicto bélico había truncado sus estudios. Además de sus actividades empresariales en el mundo de la cinematografía se ocupó desarrollando estudios sobre la obra del escritor Gabriel Miró y la historia de los pueblos de la comarca. Dirigió la revista monográfica, 1952, el “Lugar Hallado” y fundó, la “Asociación de Amigos de Gabriel Miró y de la Villa de Polop”.

Con la llegada de la democracia todo cambió. Fue nombrado Presidente provincial del PSOE e inicio, de nuevo, la actividad política recorriendo los pueblos de la provincia para relanzar su partido, explicando el proceso político que se avecinaba. Fue quien fundó las agrupaciones socialistas de la práctica totalidad de los municipios de la comarca.

Fue un hombre singular y entrañable, todo un símbolo en el socialismo provincial, amigo personal de Rodolfo LLopis y Alfonso Guerra con quien colaboraría en el XXVI Congreso, XIII en el exilio, celebrado, octubre de 1974, en el pequeño municipio francés de Suresnes. Su experiencia, capacidad y diálogo fue fundamental para que sus correligionarios llevaran a buen fin un difícil proceso de reunificación. En abril de 1976 -aun no estaba legalizado el PSOE- se iniciaron en Polop una serie de reuniones de grupo, con continuidad en Madrid, y en las que intervino como anfitrión, que fueron determinantes para participar, activamente, en el nuevo escenario político y consolidar el proceso democrático español. Asistieron, entre otros, Alfonso Fernández, Juan Zarrias, Manuel Turrión y Sócrates Gómez, prohombres del socialismo español con quien debatió ideas y compartió criterios.

Convocadas las primeras elecciones democráticas, fue elegido diputado, por Alicante, en las llamadas Cortes Constituyentes, firmante de la Constitución Española. Nuevamente ocupó un escaño de diputado a Cortes Valencianas durante tres legislaturas consecutivas. Perteneció a la orden del mérito constitucional, conocido, reconocido y respetado por toda la clase política, social y cultural de la Comunidad Valenciana. En la ciudad de Alicante fue nombrado hijo adoptivo y una de sus calles luce, con orgullo, su nombre: “Calle del Diputado Joaquín Fuster”. Pero si intenso fue su bagaje político, atendió a lo largo de su vida otros frentes. Fue escritor de pluma instruida y exquisita, autor de varios libros de contenido social, político e histórico entre los que destacan la biografía del insigne escultor “José Gines” y la célebre “Baronia de Polop”, textos que son objeto de consulta por alumnos de prestigiosas universidades.

Joaquín Fuster falleció el 17 de septiembre de 2006, cuando había cumplido 94 primaveras con una lucidez envidiable, conversación inagotable y repleto de vitalidad. Sus convicciones le acompañaron toda su vida y aportaron prestigio a su extensa obra política y literaria.

Estaríamos obviando la historia reciente si su pueblo no se dignara a tributarle el homenaje que, sin duda, se merece. Seria deseable que surgiera alguna iniciativa particular o colectiva demandando su consideración y, asimismo, una grandeza de espíritu y de normalidad democrática que, unánimemente, fuese aceptada. 

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