15.7.10

Marina Baixa se echa a la calle para presenciar y celebrar la histórica victoria de La Roja en el Mundial 2010

En Callosa también a la espera del tan deseado gol 




Miles de ciudadanos  de los pueblos de la Marina Baixa  vivieron una noche inolvidable el domingo 11 de julio cuando la selección Española de Fútbol se proclamaba campeona del Mundo en Sudáfrica, desechando  la leyenda sobre la “mala suerte” de los españoles en los mundiales y demostrando que con la ilusión, el esfuerzo del equipo y unos cuantos tentaculos certeros  de  buena suerte, que nos echó el famoso pulpo Paul, lo “imposible” se hace posible y los mejores ganan.

Más de 7.000 personas vivieron los momentos históricos en el el auditorio Julio Iglesias  de Benidorm que se quedó pequeño ante miles de benidormenses que quisieron animar la selección española durante el partido más importante de su vida. Después, familias enteras y grupos de amigos se concentraban en la plaza Triangular para celebrar un triunfo de toda España, siendo el grito “Campeones, Campeones” el que más se oía en todos los ríncones de Benidorm.

A su vez, la gran final entre España y Holanda, con más de 3.000 residentes de los Países Bajos viviendo en l’Alfàs, convirtió  al municipio en un gran estadio de fútbol con ambas aficiones animando a sus selecciones. Hinchas  llenaron bares y el auditorio de la Casa de Cultura, donde se instaló una pantalla. Al final el triunfo de la selección de España desbordó la alegría y miles de españoles y ciudadanos de otras selecciones eliminadas se sumaron a una gran fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada por la playa del Albir, el casco urbano, siendo el epicentro de la Fiesta la gran fuente que da entrada a la zona turística del municipio en la que se bañaron todos los aficionados.

 Más de un millar de callosinos poblaron bares, cafeterías y la calle Cervantes para ver el triunfo de España.

Siguiendo el denominador común de lo acontecido en toda España, Callosa d’en Sarrià también volvió a volcarse con la selección española y se convirtió en una auténtica marea humana rojigualda para contemplar el histórico encuentro de la final del Mundial ante la selección de Holanda.
Frente a la pantalla gigante de la Calle Cervantes fueron muchos los aficionados que sufrieron con España, pero al final tanta tensión se convirtió en alegría con el gol de Iniesta en la prórroga a tres minutos del final y poco después las calles de la Callosa se tiñeron de rojo, el de la camiseta de la selección, y amarillo, el de las muchísimas banderas de España que ondearon al viento, en balcones, en coches, etc... La Fuente de las Cuatro Carreteras fue el epicentro y la fiesta prosiguió hasta altas horas de la noche.

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