3.11.10

Actualidad religiosa. ¿Qué significa el silencio en la liturgia?

Por Javier Garcia Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià


Hay momentos de silencio. ¿Qué significan esos momentos de silencio?

El silencio litúrgico no es un silencio de tartamudez; sino un silencio sagrado.

Nos dice san Juan Clímaco en su libro “Escala espiritual”: “el silencio inteligente es madre de la oración, liberación del atado, combustible del fervor, custodio de nuestros pensamientos, atalaya frente al enemigo... amigo de las lágrimas, seguro recuerdo de la muerte, prevención contra la angustia, enemigo de la vida licenciosa, compañero de la paz interior, crecimiento de la sabiduría, mano preparada de la contemplación, secreto camino del cielo “ (Escalón 11–30).

Nos dice el papa Juan Pablo II en su carta apostólica del 4 de diciembre de 2003, con motivo del cuadragésimo aniversario de la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la Sagrada Liturgia: “Un aspecto que es preciso cultivar con más esmero en nuestras comunidades es la experiencia del silencio. Resulta necesario para lograr la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo en los corazones y para unir más estrechamente la oración personal con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia. En una sociedad que vive de manera cada vez más frenética, a menudo aturdida por ruidos y dispersa en lo efímero, es vital redescubrir el valor del silencio. No es casualidad que, también más allá del culto cristiano, se difunden prácticas de meditación que dan importancia al recogimiento. ¿porqué no emprender con audacia pedagógica, una educación específica en el silencio dentro de las coordenadas propias de la experiencia cristiana? Debemos tener ante nuestros ojos el ejemplo de Jesús, el cual salió de casa y se fue a un lugar desierto, y allí oraba (Mc 1, 35). La liturgia, entre sus diversos momentos y signos, no puede descuidar el del silencio” (n. 13).

Por eso urge hacer silencio en la iglesia antes de la misa, o de un bautismo, o de una boda, un entierro... Hemos entrado en el recinto sagrado y hay que preparar el corazón, que será el terreno preparado donde Dios depositará la semilla.

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