25.8.11

Gente comprometida: Santiago Cardona, Voluntario del JMJ


Por Dario Samaniego


Santiago, como tantos otros miles de jóvenes, hace mas de un año que esperaba que llegase la fecha del 15 de Agosto. Era el momento en el que emprendería su viaje a una experiencia sin igual: las Jornadas Mundiales de la Juventud. Con experiencia en otros encuentros semejantes (como el de las Familias de Valencia), Santiago ya dejó en la web del JMJ su solicitud un año atrás. Como era de esperar, fue aceptada y entro a formar parte de ese equipo de personas que, de forma desinteresada, ayudó a que el evento fuera un rotundo éxito. Ya que yo sabía que estaría allí, le pedí que me contase como fue el JMJ para él. Según me contaba Santiago, “el día 15 ya marche para Madrid. Desde Atocha me fuía a IFEMA, y alli ya me acomodaron en las zonas habilitadas para Voluntariado. Una vez acreditado, todo viene solo, esta muy bien organizado y te asignan inmediatamente tareas. A mi me toco recibir grupos, acreditarlos y asegurarme de que se quedaban instalados en sus lugares de destino”. Aunque los turnos se dividian en tres, Santiago me cuenta como llegaba a hacer los tres turnos seguidos y no deseaba descansar. Ha esperado mucho el acontecimiento y toda colaboración es poca para que todo salga bien. Debidamente aprovisionado de sus tickets de comida, metro y un ordenador, éste voluntario, como tantos otros, ha sido uno de los que han facilitado que todo fuese saliendo mas que bien. Según Cardona “al llegar los peregrinos era muy importante conocer que habian de recibir... comida, alojamiento, la mochila del peregrino. Era nuestra responsabilidad que no quedase nada al azar. En la mochila del peregrino, el equipo básico del buen cristiano: gorro y camiseta, un Rosario, Crucifijo, Evangelio, Cateciasmo (el “You Cat”), una guia de Madrid ... y todo ello para aproximadamente 1.800.000 visitantes. Según Santiago, “Las zonas habilitadas podía albergar a unos 1.800.000 peregrinos, y se llenaron”. Desde luego el éxito, rotundo. Dentro del equipo de Voluntarios tambien habia de otras nacionalidades, sobre todo infinidad de polacos e Italianos, después logicamente de los españoles. El único sinsentido: la violencia de los “indignados”. “No puedo entender como esa gente no respeta a los demas, nos escupian, nos intentaban arrebatar las mochilas que habiamos pagado de nuestro bolsillo... era una constante provocación que encontraba continuamente la respuesta serena del peregrino”, dice Santiago. Entre los actos mas impresionantes, no duda en decirme que recuerda la Vigilia de Cuatro Vientos: “estabamos esperando el inicio de la Vigilia y se puso a llover. Fue impresionante, cientos de miles de personas y nadie se movió. De pronto empezaron a cantar “¡esta es la juventud del Papa!”. Nos pidieron rezar para poder llevar a cabo la Vigilia, y cesó de llover. Lagrimas, emoción, el Santo Padre tambien se emocionó. La lluvia fue una pequeña prueba de Dios. Nuestra respuesta, un gran testimonio de fe”. Santiago no sabe encontrar adjetivos para describir lo vivido: “Dario, hay que vivirlo para entenderlo, no se puede explicar con palabras”. Lo sé, yo ya estuve años atrás, aún con Juan Pablo II.

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