Actualmente, en el mercado podemos encontrar una gran variedad de productos que aseguran que con su uso vamos a conseguir blanquear nuestros dientes. Ejemplos de estos productos son pastas dentífricas, chicles, e incluso seda dental. Pero, ¿qué hay de cierto en esto?
Para que se entienda bien el mecanismo del blanqueamiento voy a explicar rápidamente de qué estructuras se compone un diente, y son básicamente tres: nervio, dentina y esmalte; estos dos últimos, determinan, cada uno a su manera el color de los dientes. De afuera hacia adentro, encontramos primero el esmalte, que es la capa protectora del diente; es una sustancia mineral inerte y contrariamente a lo que se cree, no confiere el color en sí, pero sí que puede cambiar de color por las sustancias externas que consumimos y se adhieren él, por ejemplo, el tabaco, café, té, vino, colorante alimentario…
La dentina, es la parte orgánica formada por proteínas y otras estructuras que se sitúa por debajo del esmalte, confiriéndole su color original, por lo tanto, así sí que entendemos que por mucho que cepillemos nuestros dientes el color real no va a variar (porque al cepillar los dientes, sólo actuamos a nivel de esmalte).
Aclarado esto podemos explicar un poco más el mecanismo de los blanqueadores. Las pastas que se utilizan en las clínicas dentales, contienen sustancias que actúan penetrando desde el esmalte hasta la dentina, y por medio de unas reacciones químicas, se obtiene un color más blanco de los dientes. Sólo de esta manera bajaremos unos tonos de color.
Por otro lado, podemos conseguir un sensible aclaramiento, o mejor dicho, un “borrado” de las manchas, utilizando por ejemplo dentífricos que pulen las tinciones superficiales,sin embargo, no es recomendable el abuso de estos productos, puesto que al tener un potencial abrasivo, se produce una erosión del esmalte, y puede en ocasiones dar sensibilidad dental.
Por lo tanto, las comercializadas pastas dentífricas, chicles y demás productos llamados “blanqueadores”, no aclaran realmente nuestros dientes, sino que más bien, eliminanlas manchas de los alimentos. Más que para blanquear, se podrían utilizar en la etapa de mantenimiento después de un blanqueamiento realizado en el sillón dental. Estos productos, podrían evitar el asentamiento de manchas en el esmalte, no obstante, aconsejo precaución al utilizarlos.
Para más información:
Cristina Puigcerver Savall.
Clínica Dental
Avd. del Mediterráneo 1 - Puerta 4
Benidorm. Tlf 617 00 11 67
Para que se entienda bien el mecanismo del blanqueamiento voy a explicar rápidamente de qué estructuras se compone un diente, y son básicamente tres: nervio, dentina y esmalte; estos dos últimos, determinan, cada uno a su manera el color de los dientes. De afuera hacia adentro, encontramos primero el esmalte, que es la capa protectora del diente; es una sustancia mineral inerte y contrariamente a lo que se cree, no confiere el color en sí, pero sí que puede cambiar de color por las sustancias externas que consumimos y se adhieren él, por ejemplo, el tabaco, café, té, vino, colorante alimentario…
La dentina, es la parte orgánica formada por proteínas y otras estructuras que se sitúa por debajo del esmalte, confiriéndole su color original, por lo tanto, así sí que entendemos que por mucho que cepillemos nuestros dientes el color real no va a variar (porque al cepillar los dientes, sólo actuamos a nivel de esmalte).
Aclarado esto podemos explicar un poco más el mecanismo de los blanqueadores. Las pastas que se utilizan en las clínicas dentales, contienen sustancias que actúan penetrando desde el esmalte hasta la dentina, y por medio de unas reacciones químicas, se obtiene un color más blanco de los dientes. Sólo de esta manera bajaremos unos tonos de color.
Por otro lado, podemos conseguir un sensible aclaramiento, o mejor dicho, un “borrado” de las manchas, utilizando por ejemplo dentífricos que pulen las tinciones superficiales,sin embargo, no es recomendable el abuso de estos productos, puesto que al tener un potencial abrasivo, se produce una erosión del esmalte, y puede en ocasiones dar sensibilidad dental.
Por lo tanto, las comercializadas pastas dentífricas, chicles y demás productos llamados “blanqueadores”, no aclaran realmente nuestros dientes, sino que más bien, eliminanlas manchas de los alimentos. Más que para blanquear, se podrían utilizar en la etapa de mantenimiento después de un blanqueamiento realizado en el sillón dental. Estos productos, podrían evitar el asentamiento de manchas en el esmalte, no obstante, aconsejo precaución al utilizarlos.
Para más información:
Cristina Puigcerver Savall.
Clínica Dental
Avd. del Mediterráneo 1 - Puerta 4
Benidorm. Tlf 617 00 11 67
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