24.5.12

"El primer artículo". Isaac Newton y los badenes

 Por Jorge Ferrando Ferrando
Hacia 1687 Sir Isaac Newton sentaría las bases para definir los fluidos ideales. Cuando hablo de fluidos me refiero a cualquier sustancia que no tenga, en principio, forma definida, de forma general, líquidos y gases. Así los fluidos Newtonianos son aquellos que al aplicar una fuerza sobre ellos fluyen de forma constante. Para ser prácticos, citaré como ejemplos el agua, la gasolina o el aire. Por el contrario, existen otro tipo de fluidos que cambian su viscosidad según la fuerza que les apliquemos. Estos fluidos son llamados, de forma antagónica, fluidos no newtonianos. De esta forma al aplicar una gran fuerza sobre ellos se vuelven duros como una piedra, en cambio si la fuerza realizada es débil fluyen como el agua. En la televisión, hace poco, en el Hormiguero, programa dirigido por Pablo Motos, se hacía una demostración de las propiedades de este tipo de fluidos. El experimento consistía en llenar una piscina con una disolución de agua y maicena. Esta sustancia posee las características de un fluido no newtoniano. Ante el asombro de muchos, Pablo Motos corría sobre las aguas, emulando a cierto personaje que apenas llego ahora a recordar, sobre el que leí en un libro del que no recuerdo el nombre. Cuando se detuvo se hundió, desmoronándose el milagro que parecía haber obrado.
El motivo de toda esta explicación era para comprender mejor la solución que podría proponerse para corregir el problema que existe hoy día en las carreteras intraurbanas: los badenes. Estos bloques elevados de asfalto o metal, a veces mal construidos, que estropean nuestros vehículos de forma irrespetuosa. En muchos de ellos independientemente de la velocidad llevada por el vehículo, éste sufre daños que a la larga obligarán a realizar inversiones en el mantenimiento y además acortan su vida útil. Seguramente algunos ya saben por dónde van los tiros y estarán relacionando ya las propiedades de los fluidos no newtonianos con los badenes. Efectivamente, si colocamos uno de estos baches lleno de un fluido no newtoniano lo que vamos a conseguir es que aquellos vehículos que circulen a velocidades elevadas sufran un gran impacto ya que el fluido interior del badén se endurecerá. Por el contrario aquellos conductores que respeten el límite de velocidad y pasen con la correcta aceleración verán como el bache se deforma comportándose como un líquido acuoso, desplazándose hacia los laterales y recuperando su forma normal una vez el medio de transporte ha pasado. Sin que éste note ningún golpe brusco. Imagínense el impacto, y nunca mejor dicho, que supondría este cambio en nuestros vehículos.
Me consta que hay varias empresas que ya desarrollan este tipo de sistemas. Incluso algunas que distribuyen ciertos materiales en forma de polvo que al mezclarse con agua pueden subsanar temporalmente socavones en las carreteras de forma temporal gracias a las propiedades no newtonianas del fluido que se forma en la disolución. Al pasar el vehículo a altas velocidades la masa se mantiene firme a ras del resto del suelo.
Sería interesante que las administraciones públicas comenzasen a analizar la viabilidad de implantar este tipo de elementos en nuestras calzadas para reducir los efectos negativos de esta medida, que no tiene otro fin más que disuadir del exceso de velocidad sin tener por ello que impactar negativamente en nuestro vehículo, cumplamos la norma o no. No puedo entrar a valorar el impacto económico para los distintos organismos, pero parece que a la larga son sistemas que aportan grandes beneficios y por lo menos deberían tenerse presentes y si es posible realizar algún experimento piloto que cuantifique su viabilidad.

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