La oración de los fieles: la pueden hacer los niños, incluyendo alguna oración dirigida a ellos, pero sin perder el tono ecuménico, universal, católico que siempre debe caracterizar a esta oración intercesora de la comunidad cristiana por la humanidad.
Procesión de las ofrendas: En el momento del ofertorio los niños pueden llevar las ofrendas del pan y del vino de la Eucaristía, que deben ser las primeras en la procesión de ofrendas. Evítese ofrecer elementos simbólicos, no destinados al culto, los pobres o la evangelización, porque no serían ofrendas.
La colecta: puede ir acompañada por un gesto que los niños y niñas de primera comunión hayan preparado en ayuda de los más necesitados. La solidaridad que pretendemos fomentar con este gesto resulta más educativo si está de acuerdo con una mayor sobriedad en la fiesta, en los regalos y el banquete: si los niños deciden, con su familia, disminuir el costo y entregar ese ahorro a Cáritas, les servirá para iniciarse en un aspecto de la Eucaristía que es su dimensión social o testimonial.
Plegaria eucarística: es también en esta misa, la parte central y la cumbre de la celebración. Darle importancia sería una buena pedagogía.
Padre nuestro: lo pueden recitar o cantar con las manos elevadas en oración o cogidas en señal de fraternidad, con una oportuna monición sobre el sentido de esta oración dentro de la Eucaristía.
La paz: el gesto de la paz indica compartir la paz de Cristo resucitado. Es conveniente que los niños reciban la paz del sacerdote y la intercambien entre ellos. Pueden darla también a sus padres, pero evitando añadidos como entrega de rosas, etc.
La comunión: En este día pueden los niños recibir la comunión bajo las dos especies, ensayando antes cómo hacerlo. Si sólo lo hacen bajo la especie del pan, también conviene ensayarlo antes.
La acción de gracias: Después de la oración de postcomunión, un niño o niña o bien alguno de los padres puede hacer una oración de acción de gracias a Dios, a los padres y a las catequistas.
También es conveniente y significativo que haya, para terminar algún gesto mariano: una oración, un canto, una ofrenda de flores.
Procesión de las ofrendas: En el momento del ofertorio los niños pueden llevar las ofrendas del pan y del vino de la Eucaristía, que deben ser las primeras en la procesión de ofrendas. Evítese ofrecer elementos simbólicos, no destinados al culto, los pobres o la evangelización, porque no serían ofrendas.
La colecta: puede ir acompañada por un gesto que los niños y niñas de primera comunión hayan preparado en ayuda de los más necesitados. La solidaridad que pretendemos fomentar con este gesto resulta más educativo si está de acuerdo con una mayor sobriedad en la fiesta, en los regalos y el banquete: si los niños deciden, con su familia, disminuir el costo y entregar ese ahorro a Cáritas, les servirá para iniciarse en un aspecto de la Eucaristía que es su dimensión social o testimonial.
Plegaria eucarística: es también en esta misa, la parte central y la cumbre de la celebración. Darle importancia sería una buena pedagogía.
Padre nuestro: lo pueden recitar o cantar con las manos elevadas en oración o cogidas en señal de fraternidad, con una oportuna monición sobre el sentido de esta oración dentro de la Eucaristía.
La paz: el gesto de la paz indica compartir la paz de Cristo resucitado. Es conveniente que los niños reciban la paz del sacerdote y la intercambien entre ellos. Pueden darla también a sus padres, pero evitando añadidos como entrega de rosas, etc.
La comunión: En este día pueden los niños recibir la comunión bajo las dos especies, ensayando antes cómo hacerlo. Si sólo lo hacen bajo la especie del pan, también conviene ensayarlo antes.
La acción de gracias: Después de la oración de postcomunión, un niño o niña o bien alguno de los padres puede hacer una oración de acción de gracias a Dios, a los padres y a las catequistas.
También es conveniente y significativo que haya, para terminar algún gesto mariano: una oración, un canto, una ofrenda de flores.
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