Por Javier García Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià
Esta semana la liturgia de la Palabra nos hace reflexionar a cerca de uno de los tres enemigos de nuestra alma, Mundo, Demonio y Carne, esta última es la que continuamente nos juega malas pasadas y más ahora en el tiempo de verano en el que la actividad laboral desciende y aumenta el tiempo libre para poder dedicarnos a actividades que nos ayuden a crecer y reciclarnos.
Pero precisamente al salir de la rutina, es la carne la que nos pide que le concedamos el deleite que durante todo el curso no podemos darle; es aquí donde debemos tener cuidado, ya que si no lo hacemos, nos puede llevar a buscar el placer de manera desordenada y a traer consigo la pena de la culpa.
Ya San Pablo nos lo dice en la lectura de este fin de semana, Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un emisario de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio y aunque insistentemente pide a Dios que lo libre, el Señor le responde: “Te basta con mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad”.
Nosotros podemos tener muy buena voluntad y pensar que no nos vamos a quemar si nos acercamos al fuego, pero un golpe de viento y todo queda en cenizas, de modo que lo mejor es tener cuidado y no jugar con fuego, dedicarnos a actividades deportivas, lecturas, aprovechar para esas pequeñas obras que hay que hacer en casa y sobre todo compartir y convivir con la familia y los amigos.
Y desde luego que la oración no tiene vacaciones, es Jesús el que nos dice “Vigilad y orad para que no caigáis en tentación”, si así lo hacemos, podemos disfrutar plenamente de este período de vacaciones, no sólo en al ámbito corporal, sino también en el espiritual, con lecturas que nos ayuden a crecer en la vida de oración, en la vida de piedad y de caridad, sobre todo con los hijos pequeños que al no tener colegio, no sabemos qué hacer con ellos.
Un saludo para todos los feligreses, que a pesar de la enorme distancia física que nos separa en estos momentos, podamos mantenernos unidos en oración, yo rezando y celebrando la eucaristía por vosotros y vosotros tenerme presente en vuestras oraciones.
Pero precisamente al salir de la rutina, es la carne la que nos pide que le concedamos el deleite que durante todo el curso no podemos darle; es aquí donde debemos tener cuidado, ya que si no lo hacemos, nos puede llevar a buscar el placer de manera desordenada y a traer consigo la pena de la culpa.
Ya San Pablo nos lo dice en la lectura de este fin de semana, Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un emisario de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio y aunque insistentemente pide a Dios que lo libre, el Señor le responde: “Te basta con mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad”.
Nosotros podemos tener muy buena voluntad y pensar que no nos vamos a quemar si nos acercamos al fuego, pero un golpe de viento y todo queda en cenizas, de modo que lo mejor es tener cuidado y no jugar con fuego, dedicarnos a actividades deportivas, lecturas, aprovechar para esas pequeñas obras que hay que hacer en casa y sobre todo compartir y convivir con la familia y los amigos.
Y desde luego que la oración no tiene vacaciones, es Jesús el que nos dice “Vigilad y orad para que no caigáis en tentación”, si así lo hacemos, podemos disfrutar plenamente de este período de vacaciones, no sólo en al ámbito corporal, sino también en el espiritual, con lecturas que nos ayuden a crecer en la vida de oración, en la vida de piedad y de caridad, sobre todo con los hijos pequeños que al no tener colegio, no sabemos qué hacer con ellos.
Un saludo para todos los feligreses, que a pesar de la enorme distancia física que nos separa en estos momentos, podamos mantenernos unidos en oración, yo rezando y celebrando la eucaristía por vosotros y vosotros tenerme presente en vuestras oraciones.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario