“El Primer Artículo”. ¡Esto está que arde!

 Por Jorge Ferrando Ferrando

Campeones de Europa, fulminando récords y además de manera brillante. Es de admirar la entrega de los jugadores, han cumplido su trabajo y se merecen todo lo que consigan, incluidas las primas que tanto se critican, porque me parece demagogo hablar de dinero cuando no es el tuyo. Hay mucho valiente que renunciaría a un dinero que no posee.
A todos nos viene bien desconectar de vez en cuando del mundo que nos rodea. No podemos estar todo el día implicados al cien por cien en los problemas del mundo. Podemos, y tenemos derecho a disfrutar de nuestras aficiones y si una es ver fútbol, ¿cuál es el problema? No hay ningún problema. Por esto creo, que criticar el fútbol, como deporte, es absurdo. Como absurdo es criticar a un jugador que hace su trabajo, como cualquier otro y que cobra acorde a la oferta y demanda del sector. La que le ha montado al pobre Iniesta un desafortunado periodista al anunciar por Twitter que el de Fuentealbilla iba a donar su prima para ayudar a los damnificados en Valencia. Esto no es verdad. Por suerte, todos conocemos al bueno de Andrés.
Me fascina la irracionalidad del ser humano. Algún día hablaré sobre por qué las personas que más dinero ganan son aquellas que aprenden a usar el sentido común. Lo digo porque me impacta ver la cantidad de gente que se reúne para ver pasar un autobús y luego, para lo que realmente importa, todos estamos ocupados. No se equivoquen, no quiero decir que me parece mal que fueran a ver la rúa, sino que me sorprende que, algunos de los que van allí, luego critiquen otros motivos por los que se sale a la calle a manifestar sentimientos. Me gustaría que ese espíritu de unión y fraternidad, que difumina y entremezcla fronteras y banderas, y que se respira cuando juega y gana la selección se extrapolara a otros ámbitos, sobre todo de carácter político y social. No debemos olvidar que todos andamos el mismo camino y que debemos hacerlo con honradez, respeto, ética y valores. Los objetivos no pueden alcanzarse a cualquier precio. El fin nunca justifica los medios, sino que los medios legitiman el fin. Estas son las máximas del deporte y, entiendo que, de la vida.
En lo que respecta a España, como país, y a la final de la Eurocopa, me pareció sorprendente la decisión del Presidente Rajoy al desplazarse hasta Kiev con Valencia ardiendo. Creo que con el Príncipe representando a España había más que de sobra y que Don Mariano (no os asustéis, dirigirse a alguien así no es de fachas, es solo una muestra verbal de respeto) debería haber mostrado más preocupación por el tema. Lo sé, él no apaga fuegos y seguro que estaba informado y preocupado de todo y por todo, pero creo que era más una cuestión de imagen y de moral. Debió quedarse. Es algo serio, ha muerto gente y muchas personas están arriesgando la vida por salvar las tierras de Valencia. A estos héroes sí que habría que hacerles un desfile con el autobús. Tal vez los medios de comunicación podrían poner más empeño en ensalzar su figura e intentar que el resto de la gente valore más este tipo de actos y de profesiones, del mismo modo que se esfuerzan en que el País entero valore la consecución de un título europeo.
Quiero exponer algo que, creo, debe llevar a la reflexión a todas las personas que llevan a cabo la gestión de zonas forestales. Este incendio pone de manifiesto la poca previsión durante los últimos veinte años (o más). No se han preparado cortafuegos ni se han limpiado los montes. Ahora por ahorrar en prevenir se gasta mucho más en curar. Se pueden y se deben pedir responsabilidades, a quien tuviera el poder de gestionar las acciones contra el fuego, por esta falta de previsión, que ha costado tierras, sustentos y vidas. Si falta personal para trabajar en la prevención de incendios creo recordar que hay muchos presos aburridos en la cárcel sin hacer nada. Puede que fuera una buena forma de intentar reinsertarles en la sociedad.
Por ultimo reivindicar una vez más mi admiración por las personas que cada día se esfuerzan en su trabajo y en dar lo mejor de ellos mismos para satisfacer a otros. Al resto solo les diré que siempre es tiempo de tomar otros caminos.